paquete urgente
Necesitaba mandar un paquete urgente a Barcelona hoy mismo para que llegase mañana, con contra-reembolso. Veo en internet que Correos tiene un servicio de paquetería urgente llamado Chronoexprés y me acerco a Correos para enviarlo antes de las 4.
Atienden dos personas, Paco y Carmen. -Paco, dame 100 euros -dice Carmen, rubia a lo Bonnie Tyler y con pinta de esposa insatisfecha, madre resignada y compañera de trabajo escurridiza. -Yo a las mujeres les doy el dinero que me pidan -contesta Paco al momento-, pero ya sabes que pido cositas a cambio. Así de interesante era la conversación cuando me tocaba el turno a mí. -Muy buenas. Quería mandar este paquete urgente, para que llegue mañana mismo -dije con seguridad y, por qué no destacarlo, ganas de siesta. -Uy, uy, uy... mañana no va a estar, mujer, ¡que mañana es sábado! -contesta Carmen como si estuviera haciendo croquetas. -Bueno, acabo de ver en internet -aquí Carmen empieza a abrir los ojos- que hay un servicio de paquetería urgente llamado Chronoexprés, ¿no? Carmen en ese momento me mira con cara de acento circunflejo. Se queda callada unos segundos antes de contestar. -Uy, uy, uy... sí, si haberlo, lo hay... Pero vamos, que para qué mentirte: yo no sé hacerlo. Paco, ¿tú sabes hacer lo de Chronoexprés? -¿Chronoexprés? Yo qué va, si eso no lo hace nadie -dice Paco mientras busca una excusa mejor-. Anda que no llevaremos meses sin que nadie lo use. ¡Meses! -Ya, pero es un servicio de Correos, ¿no? -respondo yo con expresión de no creerme lo que está pasando-. Vamos, que se supone que... puedo hacerlo aquí. Ambos empiezan a contarme que sí, pero que no saben, que en el ordenador es un lío tremendo, que hay un montón de huequecitos que rellenar y que no me lo recomiendan. Resignada, les pregunto qué otra posibilidad hay. Me dicen que Paquete Exprés, que es "lo mismo pero con otro nombre y más sencillito". Acepto y empieza Carmen a gestionar el envío. Tras 20 minutos en los que casi salto el mostrador para ponerme a escribir yo los datos en el ordenador (señora, si en el teléfono pone puntos suspensivos, el programa protesta), Carmen consigue rellenar todos los campos del formulario pero no puede darle al botón de Aceptar. Tremendo. Ya eran las 15:40 y el camión de reparto salía a las 16:00 (de hecho, ya había aparcado). -Ay Paco, ¡hazlo tú! -suelta Carmen sin reparo-. A mí esto de mandar cosas y poner reembolsos me mata. -Trae, anda, mira que eres... Tras otros 15 minutos, Paco tampoco puede darle al botón de Aceptar. Les pregunto si puede ser que no se puedan hacer envíos urgentes con contra-reembolso. Se miran extrañados y Paco prueba a quitar el reembolso. Ahora sí puede aceptar, pero la que no aceptaba era yo, claro, que necesitaba la opción de reembolso. Al final y sobre la bocina, lo he mandado por paquete normal. No va a llegar mañana, obviamente, pero Paco y Carmen habrán aprendido algo nuevo de todo esto y yo he deducido que hace veinte años no debían de ser muy complicadas las oposiciones a Correos... |2012-07-27 | 16:33 | ojiplatica | Este post | | Tweet
Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://lolamr.blogalia.com//trackbacks/72161
Comentarios
|
Van diciendoMail-andololaberinto-arroba-gmail.comPapeles viejos
Categorías
Otros cuentan- 1 de 3- Acertijos y más cosas - Comentaristas dispersas - Cuchitril literario - Cuentos mínimos - Decapitado por hereje - Efervescente2H - El lobo rayado - El musolari errante - Epsilones - Espejo Lúdico - Gaussianos - La ciencia para todos - La piedra de Sísifo - La vidriera irrespetuosa - La zona fótica - Lector constante - MalaCiencia - Por la boca muere el pez - Trapseia - Ventanas
Humor |