el cuestionable "nivel" educativo
Esta semana han ocurrido varias cosas que me han hecho pensar mucho sobre los métodos de enseñanza que usamos en España y, un poco más allá, sobre el sistema educativo en sí.
Todo parte del capítulo de Modern Family del jueves. En él, Luke y Manny tienen que inventar y construir para clase un aparato en el que colocar un huevo y que permita que, al lanzarlo desde cierta altura, el huevo permanezca intacto. Me recordó un poco a un clásico de las pelis y series americanas: padres que van a ver la exposición de volcanes de sus hijos. Por otro lado, tengo un alumno que viene de un sistema de enseñanza diferente y que ahora, en 4º de ESO, se pasa muchísimo más tiempo estudiando por las tardes que antes. Ya está más o menos adaptado pero ha notado el cambio. También he llevado a cabo lo del debate que comenté hace unos días. Esto lo aderecé con la preparación de la sesión del Programa de enriquecimiento de alumnos de altas capacidades que hemos tenido esta semana y donde se trabaja de un modo completamente diferente. Además, encontré este vídeo, que me impactó notablemente: Me he pasado parte de la semana comentando este tipo de cosas con varios compañeros. El sistema educativo español me sorprende por dos motivos (entre muchos otros): -Agrupaciones heterogéneas para asegurar la integración de los alumnos. A mí me parece estupendo, pero creo que en algunos casos cercena el desarrollo de unos y de otros. Realmente pienso que muchos chavales de 3º de ESO preferirían que en matemáticas hubiese grupos flexibles como en inglés, pero esto es algo que muy pocos se plantean. -Importancia de los datos y la memoria (algo que hace que empeore la situación del punto anterior). Si toca Machado, el alumno de literatura tendrá que estudiar dónde nació, con quién se casó, si tuvo hijos y qué libros escribió. Luego como mucho leerá un libro suyo, dará su opinión y tendrá que conocer sus motivaciones. Pero en muy pocas ocasiones se analiza de verdad la literatura del autor. No se pasa tres días analizando la sociedad de la época a través de un texto suyo o el cambio que supone la literatura de la generación del 98 leyéndolo, sino estudiándolo. En el libro vendrán listadas las características de su literatura y el alumno las estudiará. Lo mismo ocurre con Historia: la 2ª Guerra Mundial fue por esto, esto y esto, ocurrió esto, esto y esto y tuvo estas consecuencias. Pero no se le plantea al alumno "venga, Carlos, ahora eres un alemán de Berlín... ¿qué harías el día después de la caída del régimen?" o "Marta, intenta pensar cómo actuarías si hubieras sido una sirvienta de Hitler durante 1940" o "Luis, analiza qué pasaba en la sociedad alemana un año antes de la entrada de Hitler al poder". No, listaremos lo que ocurrió. Los alumnos lo estudiarán y todos estaremos tranquilos. No lo hacemos por dos motivos: el primero, porque eso requiere muchísima capacidad por parte del profesor, recursos por parte del centro y motivación por parte del alumno. El segundo y principal es que tenemos un ingente temario que cubrir, un currículo extensísimo que prima la cantidad de conocimientos a la calidad de esos conocimientos. Cualquier tipo de cambio metodológico significará para muchos una "disminución del nivel educativo" sin pararse a ver que tal y como está planteado el sistema, los chavales estudian, memorizan y olvidan. No analizan, no les permitimos que descubran, que investiguen, que fallen. Sólo tienen un listado de ejercicios de potencias, un texto enorme de "fill de gaps" en inglés, una oración tochísima que analizar sintácticamente o la lista de características de las células eucariotas, pero no les permitimos que descubran que las potencias están en la escala de Richter, acabarán copiando los huecos del texto en inglés, sabrán analizar sintácticamente pero no introducir esa oración en un texto propio y nunca harán una maqueta del núcleo de la célula eucariota para no olvidar jamás que es por eso por lo que se caracteriza. Sólo estudian, memorizan y escriben. Y olvidan, claro. Sé que hay ocasiones en las que no es así. A veces nos permitimos "perder un par de horas" en hacer una actividad diferente, pero vemos cómo nos queda por dar un montón de temas y no podemos pararnos demasiado. El sistema no favorece el trabajo colaborativo, los proyectos o la atención personalizada. Son 32 en clase, tienes que dar un currículo enorme para que la sociedad no te critique pero sabes que en gran medida el alumno no está aprendiendo como debería al dedicar tanto tiempo al estudio. Algo falla y en lugar de pararnos a estudiarlo, nos limitamos a ver si hay que poner bachillerato de 3 años, llamar "educación para la ciudadanía" o "educación cívica" o si llamamos "Ley de educación" o "Ley de calidad de la educación". Todo eso es importante en cierta medida, supongo, pero estamos fallando en la base del problema. Hablan de calidad y se creen que la calidad educativa es dar más contenidos aunque no entiendan ni una décima parte. Lo importante es cubrir expediente, que hagan el examen, suelten la ristra de contenidos y estemos todos contentos porque hemos dado mucha materia. Da igual que luego no sepan hablar en público, buscar información adecuada o desarrollar una opinión crítica sobre algo. Ha soltado en el papel todas las características del arte romántico a la perfección y con eso nos vale porque así lo dice la ley. Hace 4 años hice un experimento con los de 3º de ESO para estudiar el tema de Estadística. No nos daba tiempo a verlo bien en el sentido clásico y nos limitamos a hacer una encuesta y analizar datos durante una semana. Se tituló "¿Sabes más que un adolescente de 3º de ESO?" y en él se ponían preguntas que aparecían en el temario de 3º (podéis ver la encuesta aquí). Pues bien, el resultado fue terriblemente catastrófico. Todos los que respondían eran adultos, la mayoría, familiares suyos. ¿Cómo vamos a exigir más y más cantidad de datos si luego los olvidamos? ¿Eso es "subir el nivel" o deberíamos enseñarles a pensar, a crear o a investigar? Actualización pensada en la ducha: Sé que este tema da para mucho, pero una de las cosas por las que debería empezar el cambio es el (para mí) detestable individualismo del profesor. Yo, mis alumnos, mi clase, mi materia. El propio sistema educativo acaba potenciando que los profesores no hablen entre sí, no compartan ideas, formas de trabajo, materiales o recursos. Pasa incluso en muchas ocasiones entre compañeros del mismo departamento, pero es que también debería cambiar eso entre compañeros de distintas materias. Sería genial que el alumno de 4º de ESO que estudia a Lorca esté estudiando a la vez la Guerra Civil, pero esto no ocurre porque los temarios son independientes, casi tanto como los profesores. Actualización 2: Si alguien está tentado a decir que lo que estoy proponiendo es "trabajar por competencias", digo de antemano que no. Entiendo que las competencias fueron un intento de hacer precisamente esto, pero, desde mi punto de vista, no lograron cambiar ni un ápice en la metodología utilizada porque no se plantean como un proceso, sino como un punto de partida, para mi gusto, vacío de contenido. |2012-01-15 | 11:42 | educacion | Este post | | Tweet
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