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dos cosas que no entiendo de la política española
Si sólo fueran dos, sería maravilloso, pero bueno, son dos las cosas que menos entiendo del sistema político español. Creo que las dos entran dentro del saco de dudas políticas de mucha más gente y si no se han resuelto será por algo (aunque igual ese "algo" no es muy ético).
1. La disciplina de voto: La disciplina de voto la entiendo poco, ya que dentro de un partido habrá ciertas cuestiones en las que no todo el mundo esté de acuerdo. Pero lo que no entiendo es que, teniendo disciplina de voto, tengan todos que ir a votar... Si tu partido tiene 150 diputados, que vaya uno, le dé al botón y vote por todos, ¿no? Nos ahorraríamos un pastón en dietas (y, por qué no, en sueldos). Aún así, sería estupendo que el ciudadano supiera qué se vota y por qué. Probablemente el trabajo de un diputado sea hasta tedioso (ay, que son las 12, voy a bajar a votar y ahora me acabo el café, no sé qué estamos votando, pero había que votar que sí, ¿no?), por eso me encantaría que aquí hubiera iniciativas como ésta que veíamos hace unos días en Microsiervos.
2. El senado: He tratado de informarme bien sobre para qué sirve tener un sistema bicameral. Está claro que son tantas las leyes que tienen que analizarse que el Congreso no tiene capacidad para tratarlas todas (ejem, seguro que sí habría algún modo, pero bueno...) pero tener otra cámara para tratar asuntos más pequeños y para aprobar los gordos, que luego vuelvan al congreso y que la decisión del senado no sirva de nada, me parece un despilfarro de gente y de tiempo.
Una de las cosas que más me sorprendió de la serie 'West Wing' fue que cuando tenían que aprobar algo andaban convenciendo a todo el mundo para conseguir los votos, incluso de su propio partido.
Casi todas las "cosas raras" de la política española tienen la misma causa: el miedo. Cuando se diseñó la constitución y el sistema político había varias amenazas que provocaban pesadillas a los padres de la constitución.
Una era la radicalización del "espectro político", que dividiese el país muy claramente entre izquierda y derecha, y pudiese llevar a un golpe de estado o una nueva guerra civil. Otra forma, menos políticamente correcta de decirlo es la "izquierdización". Como parche, el sistema hace más valioso el voto de provincias pequeñas y presumiblemente más tradicionalista.
Otro miedo era la "ingobernabilidad" (o como se diría ahora "fragmentación") y aquí miraban sobre todo a Italia, donde se sucedían gobiernos de coalición inestables.
Si vamos concretamente a los dos "misterios" que mencionas, el del voto presencial se basa en el miedo de que los partidos puedan imponer medidas muy impopulares, así que dan la posibilidad de un "voto en conciencia" en que los diputados se saltan la disciplina de partido. Me parece que no ha servido para nada. Aunque estoy seguro de que un diputado te diría que la mayor parte de su trabajo se hace en comisiones.
Respecto al senado, no sirve para nada. Eso lo sabe todo el mundo. La intención supongo que era tener una cámara más conservadora (donde pesara aun más el sesgo territorial) y evitara una orgía izquierdista. Dado que el PSOE obtuvo en su día la mayoría absoluta también allí... en fin. El caso es que quitarlo sería "eliminar puestos de trabajo" (para los políticos). Ni de coña.
Pero en la mayoría de votaciones no hay posibilidad de saltarse la disciplina (si no quieres que te sancionen). En esos casos, ¿por qué tienen que ir todos a votar cosas que no saben ni lo que votan?
Aún así, que sigamos con el mismo sistema 30 años es un poco triste. En fin, con el sistema electoral que tenemos, qué vamos a pedir...
Sé por dónde vas, pero qué vamos a hacerle, para unas elecciones generales no creo que un voto deba contar más o menos que otro se sea de donde se sea y se vote lo que se vote.