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cosas que no importarán dentro de 30 años
El ser humano es de lo más tradicional consigo mismo. No sólo no acepta demasiado bien los cambios propios sino que los cambios en su grupo cercano, su ciudad o su generación los ve como más propios aún, pensando que puede pararlos. Por suerte, no puede.
Estos días vemos noticias del tipo "la monarquía está mal valorada entre los jóvenes" o "toros sí, toros no". Creo (y espero) que este tipo de asuntos dentro de unos treinta años serán de lo más banal y sólo aparecerán en los libros de historia. Por mucho que algunos se empeñen en defender los toros, es inevitable que desaparezcan cuando el 98% de la población no sólo no tengan ningún interés en ellos sino que lo vean como una atrocidad del estilo "peleas de perros", "ablación del clítoris" o "castrati", simplemente arraigados en una tradición concreta. Al igual que nosotros, que vemos ya perdido en el tiempo la época en la que la mujer era un mueble más de la casa, dentro de treinta años mirarán atrás los jóvenes y dirán "ay, mis abuelos, qué retrógados eran, vivieron la monarquía y la peseta y hasta iban a misa y tenían religión en el colegio".
Pues sí, cambiarán las cosas. Y nosotros con ellas. Chachi :)
Hace treinta años mis padres pensaban que eso de la Semana Santa con procesiones, santos y toda la parafernalia se iban a terminar enseguida y que, en el nuevo siglo, se iban a reír. Pues fíjate tú que todavía no nos reímos.
Bueno, pero eso lo pensaban tus padres por rojillos :P La semana santa tiene un componente raro, hay muchísima gente muy aficionada a ella, sobre todo jóvenes, que no son ni creyentes.
Y dentro de treinta años haremos una serie como Mad men, pero con ese tipo de gente, y a los espectadores les chocará mucho que haya monárquicos, gente que va a los toros, currys valenzuelas... Qué bonito será el mundo dentro de treinta años
Contempla con sosiego el siglo XX y serás un poco menos complaciente con la idea del progreso y el optimismo antropológico. En los años veinte a nadie se le ocurría la idea de que acabarían procediendo a la ablación del clítoris (y ya puestos, del resto del cuerpo)de dos millones de mujeres judías. A veces se progresa y a veces se regresa. Y además no sabemos a donde.
Dos pasitos pa'lante, un pasito pa'tras pero algo si se va avanzando.
Lo de los toros será una pena porque al mismo tiempo que se dejen de hacer corridas desaparecerá el ganado bravo, que no es por nada pero tiene bastante mejor calidad de vida que las vacas lecheras o las que se usan para criar terneros para carne.
(disclaimer: no he ido en mi vida a una corrida ni creo que me guste, pero ver pastar el ganado bravo en las dehesas si que me encanta)
Mantener una especie para aniquilarla es algo un tanto contradictorio, pero vamos, que no habría que eliminar los toros en sí, sino el concepto de corrida tal y como la entendemos. Bastaría con torear y no matar, pero claro... eso no tiene gracia para la mayoría.
Me pregunto ¿Qué pensarían Manuel Azaña o Indalecio Prieto del futuro de la monarquía el 14 de abril de 1931? ¡Hace ochenta años, insecto, ochenta años!
En cualquier caso,el futuro llegará: Cuando el universo se contraiga al núcleo inicial para repetir de nuevo el Big Bang, o cuando, en su ilimitada expansión el sol agote su combustible, entonces, entonces si, tendremos la certeza absoluta del fin de la monarquía y de las corridas de toros. Tengamos confianza.