Me resulta extremadamente curioso cómo los seres humanos nos quedamos a veces con lo peor de la infancia y desechamos lo mejor. Nos quedamos con los berrinches y la capacidad de ser manipulados, por ejemplo. Pero sobre todo, nos quedamos a veces con la inocencia, pero con la mala inocencia. Siempre nos pensamos que los demás no se van a dar cuenta de lo que hacemos, como cuando no nos gustaba el bocadillo de ese día y, llenos de adrenalina, lo tiramos a la papelera sin haberle pegado ni un solo bocado, sabiéndonos inteligentes y satisfechos: Inteligentes porque nuestra madre no se ha enterado y satisfechos porque no hemos tenido que comérnoslo. Luego viene el futuro y cuando se es pequeño el futuro consiste, como mucho, en horas. Y sí, una hora después tu madre te ha castigado porque ha visto por la ventana cómo lo tirabas y encima tu estómago te pide comida, esa que no tendrás porque estás castigado, o mucho mejor, niñato, ahora te comes las acelgas.
Pues sí, somos absurdos seres de costumbres y de mayores seguimos creyendo que no nos ven, que no lo saben, que no nos van a pillar, con la misma cantidad de adrenalina fluyendo. Todo seguirá igual cuando eso acabe, o, si acaso, nos sabemos dueños de las riendas, las espuelas y el caballo. Y se nos olvida que el caballo es de cartón y ni siquiera aguanta nuestro peso ni nuestra estupidez. Además, se joderá al completo con cuatro lágrimas de las cuales las dos primeras no serán nuestras y las otras dos sí. Ahí es cuando lo único que tienes para sonarte los mocos es la servilleta que hay junto a las acelgas.
|2007-02-13 | 13:03 | lolamentaciones | Este post | | Tweet
tiza, ahora me estoy acordando que em encantan las acelgas de tu madre....creo que la gran mayoria de veces ha coincidido y la verdad es que me encantaban (mas que las de mi madre, jejej, lo siento mamá)....creo que aqui te ponian pisto
Yo de buena que era, no hacía nada de eso. A cambio, mi padre intentaba no ponerme jamás nada que no me gustase en el bocadillo pero aunque no me gustase, me lo comía.
Sobre las acelgas, mi madre intentaba ocultarlas con otros sabores para que no las notáramos, nos las tendríamos que comer igualmente (ella era muy exigente en cuestión de tema de dieta equilibrada) aunque yo creo que le daba muchísimos más problemas el hígado. Dios eso sí que es incomible.
A mí nunca me pillaban cuando hacía el trasto :).... solo pillaban a mi hermana, que era más tonta y se quedaba con el dinero del Domund diciendo que los negritos habían dicho que ya no necesitaban dinero........
Solo me pillaron una vez robando tres chucherías en el kiosko de la plaza mayor.... y la verdad es que no me sentí nada satisfecha :S ni antes, ni después de que me pillasen... si es que soy una cagá...
y creo que sigo siéndolo... me cuesta no ir de frente... a veces me gustaría esconderme y sentir esa adrenalina del "me pillarán?"... jo si es que soy demasiado buena :P....
ahh y ya que hablamos de acelgas... no me gustan...
Yo era el que se comía las acelgas,los higaditos y la coliflor de todos los platos que el resto de mis hermanos no querían.Yo era el que quizá se comía el bocadillo que el otro iba a tirar.De todas formas,también hice de las mías.En urgencias les faltó hacerme un bono...